Somos una empresa familiar que nació allá por los años 80, como café-bar, con tapas caseras, cafés, copas y demás
En 1991 hicimos la primera reforma, en la que nos convertimos en restaurante, gracias a la demanda de nuestros clientes, innovando en aperitivos de mariscos frescos, comidas de menú del día y marcando la diferencia con nuestras creaciones gastronómicas.
En 1995 hicimos una nueva reforma de ampliación aumentando así el número de empleados y la oferta a nuestros clientes, llegando a tener capacidad para 100 comensales.

Restaurante La Peña es un negocio familiar que ha ido renovándose según las exigencias de nuestros clientes de manera que puedan disfrutar de una comida y un rato agradable en nuestra casa.
Tras una profunda renovación, La Peña se ha convertido en un restaurante cómodo, cálido y estiloso: suelo de cerámica, zócalo de piedra, paredes estucadas, techo de madera, luz cenital, sillones, manteles rojos, un banco para cortar jamón y cava de vinos. La carta, extensa y variada, ofrece entradas frías y calientes, suculentos guisos caseros, pasta, pescados y carnes bien tratadas.
Mari Soto rubrica los postres escribiendo con chocolate el nombre del comensal que celebra alguna efemérides, postres personalizados que la clientela agradece vivamente.
En 2004 volvimos a cambiar parte de nuestra decoración, ampliando la capacidad hasta 200 comensales. Y en este mismo año, hemos reformado los aseos y además ahora disponemos de una lujosa cava de vinos de manera que nuestros clientes puedan disfrutar del vino que desee en sus mejores características de presentación.